miércoles, 20 de febrero de 2013

TAREA 23. Conclusiones del torneo de debate.



Ninguno de los componentes de nuestro grupo había participado es este tipo de actividad; vaya por delante que para todos ha resultado muy interesante y enriquecedora.
Entrando concretamente en lo que supone hablar en público, resultó muy intenso , ya que en un minuto había que entrar en el papel de argumentar algo que acababas de preparar; si lo que tenias que defender era una postura que no compartías, pues aún más dificil. A mí me ha servido para ver que, en los temas que tratamos, siempre hay argumentos, datos, pruebas, estudios... que pueden justificar diferentes posturas frente a temas concretos, lo cual me abre a tener un pensamiento crítico constante que me permita tener datos concretos que avalen mis posturas.
La tarea de buscar argumentos creo que no es facil si lo que buscamos son datos contrastados y no opiniones más o menos creibles; creo que en la red hay mucha información, pero el trabajo de elegir lo verdaderamente fiable es arduo. Hay personas en nuestro grupo a las que esto les resulta especialmente agradable y no les supone gran dificultad: están acostumbradas a buscar información, tienen páginas de referencia que ya conocen por su fiabilidad, contactos... A mí me cuesta más eso que el hecho de hablar; hablar me pareció una prueba real para descubrir mis capacidades en un entorno agradable; me gustó verme hablando delante de todos, intentando dominar la voz para que fuese fuerte y clara, tratar de dominar el lenguaje para terminar las frases de forma lógica, dominar mi cuerpo para no ester estático en un rincón de la tarima...un montón de cosas que se descubren cuando te pones a hacerlo. Me resultó muy enriquecedor porque vi mis limitaciones pero me pareció muy gratificante y que se puede aprender mucho; además, es necesario para la vida diaria saber expresarse, comunicar, argumentar...
El nerviosismo juega en contra, y es algo que apareció en el momento de estar arriba hablando; el tiempo inicial de exposición del tema lo tomé con más tranquilidad, ya que había más tiempo y tenía más claro lo que quería decir. Los tiempos de réplica, de un minuto, me parecieron escasos: las argumentaciones se hacían en frases cortas poco elaboradas y el tono y la velocidad al hablar subían, como si eso hiciera los argumentos más creibles (aquello de que el que más grita tiene razón). el último turno de intervención, llamado de conclusiones, lo dedicamos más a seguir contraargumentando y respondiendo, más o menos acaloradamente, a lo expuesto por el otro equipo. Creo que hubiéramos necesitado más tiempos de réplica y unos minutos de reunión y reflexión en grupo antes de poder intervenir en las conclusiones finales.
Y concluyo como empezaba, diciendo que ha sido una buena forma de aprender:

¡¡A HABLAR SE APRENDE...HABLANDO!!

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